Crucero arrancó la Reválida con una derrota en Concepción del Uruguay por 1 a 0. Sigue sin encontrar el rumbo y se agrava la falta de gol. El domingo recibe a Juventud Antoniana que le ganó a Central Córdoba de Santiago del Estero.
Parecía que la ilusión se renovaba, que las dolorosas derrotas sirvieron para aprender la lección de que todos los rivales son complicados y que comenzar sumando en condición de visitante en la primera fecha de la Reválida, podía significar un buen primer paso para encontrar el rumbo. Nada de eso pasó. Crucero del Norte, en su presentación en el Reducido que otorga como premio la chance llegar a la Promoción, perdió 1 a 0 ante Gimnasia de Concepción del Uruguay, en el juego disputado en el estadio Nuñez. El único gol del encuentro lo marcó Wálter Bravo, el volante zurdo que a los 24 minutos del segundo tiempo sacó un remate de otro partido y desde 35 metros y un ángulo cerrado, la clavó en el segundo palo de un Gaona que venía siendo la figura de la noche.
La derrota golpeó en el ánimo de los jugadores colectiveros porque la conquista local fue increíble y lo que transitaba como empate clavado, se transformó en una caída inesperada que no define nada, pero que agrava el mal momento por el que atraviesa el equipo de Pedro Dechat, que repitió errores en defensa y una vez más padeció la falta de gol ante un rival que, sobre todo en el fondo, daba muchas ventajas.
En el global, Gimnasia siempre mereció un poco más y si en la primera parte no se fue ganando, se debió a la sensacional noche de Julio Gaona, tapando tres mano a mano que todos ya gritaban gol. En la primera sacó al córner un remate cruzado de Blasco; en la segunda voló abajo para ahogarle el grito a Lovera y en la tercera, Besel se fue mano a mano pero primero llegó el uno misionero. De Crucero poco y nada, salvo dos remates de Varaldo que pasaron cerca, hasta que el santafesino se tuvo que ir por un esguince de tobillo, permitiendo el ingreso de Derlis Soto.
En la segunda parte, Gimnasia, con el ingreso de Bravo, salió más decidido y a Crucero más que nunca le quedaba mejor la contra, sin embargo el Lobo entrerriano, con un par de pelotas paradas, comenzó a complicar a la última línea del visitante y justo a la salida de un tiro libre, el balón derivó en Bravo quien desde las posición del 8, sacó un zurdazo llovido con extrema precisión que se clavó en el segundo palohaciendo imposible la estirada de Gaona.
Fue un impacto anímico en el partido, porque Gimnasia se replegó y con un poco de desorden, Crucero fue al frente planteando literalmente un juego abierto, sin embargo no tuvo peso específico en la zona de definición. Hacia todo bien hasta tres cuartos de cancha, a partir del despliegue de Marczuk y la conducción de Soto, pero en los metros finales, ni Batista por izquierda ni Gómez por derecha, se impusieron en el mano a mano. Mientras que Yegros, muy tomado por la defensa, apenas se la rebuscó para una media vuelta que se fue arriba del travesaño y un centro que por muy poco no pudo conectar Soto.
Crucero arrancó perdiendo la Reválida cometiendo los mismos errores de todo el campeonato. No encuentra el rumbo ni la regularidad y le cuesta sumar puntos dos partidos seguidos. Ya no se trata de cambiar nombres, sino de funcionamiento y aunque todavía quedan siete finales por jugar, pasan los minutos y la solución no está a la vista.
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