Tenía una cuenta pendiente y la pudo cumplir. Daniel Ostapchuk es un misionero que pasó los últimos años en la Antártida, precisamente en la Base San Martín, un lugar en el mundo como dice el propio Daniel, “donde se oculta el sol”. Desde ese mágico escenario rodeado de nieve como única compañera fiel la computadora conectada todo el día a internet, mostró sus sentimientos por Crucero del Norte, haciendo flamear una bandera con los colores de su pasión. “Siempre seguí al equipo y nos peleábamos con un compañero que es hincha de Alumni de Villa María de Córdoba mirando cada fin de semana a qué equipo le iba mejor en la fecha”, contó el misionero que llegó al extremo sur del país siguiendo su exitosa carrera militar.
El pasado miércoles 13 de abril, aprovechando su corta estadía en la provincia, llegó hasta el estadio Andrés Guacurarí de Garupá y se regaló un triunfo 3 a 0 sentado cómodamente en la platea Otto Pigerl. Allí le entregó algunos regalos al presidente de la institución, Julio Koropeski, quien no ocultó la enorme satisfacción por la grata visita “y a partir de este momento, sos parte de la familia de nuestro club. Este es tu lugar volvé cuando quieras y cuando puedas”, le dijo. Daniel por su parte reconoció que “era una cuenta pendiente, tengo sólo unos días acá en la provincia y menos mal que justo jugó Crucero. No podía faltar”.
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