Crucero igualó sin goles en Santa Inés con Sportivo Belgrano y la serie quedó abierta. En San Francisco el equipo misionero está obligado a conseguir un triunfo para obtener el pase a semifinales (el miércoles) porque el rival tiene ventaja deportiva. El Colectivero fue claramente superior ante un equipo mezquino que sólo vino a buscar el empate.
Seguro que usted se quedó con bronca porque fue al estadio a observar un triunfo de Crucero. Y más le molestó el empate sin goles ante Sportivo Belgrano de San Francisco, porque el elenco cordobés no propuso nada, no mostró porqué llegó al Nonagonal y tiene ventaja deportiva, y aunque el planteo fue lógico y el empate les conviene para la revancha, sin dudas que la serie está abierta y El Colectivero el miércoles, como visitante desde las 15, puede ganar y alcanzar el pase a semifinales.
Es cierto que la igualdad, en los números, dejó mejor parado al equipo de San Francisco, pero en lo futbolístico, sin desarrollar uno de sus mejores partidos, lejos del volumen de juego de otras tardes, Crucero fue claramente superior, mereció ganar, dispuso de ocasiones (sobre todo en el primer tiempo) y se fue con una mueca de bronca al vestuario para seguir concentrados en Santa Inés y comenzar a preparar el desquite. En el primer tiempo Crucero pudo haber conseguido la ventaja, con oportunidades que no se concretaron en la red. Con el control permanente del balón, aprovechando el ancho de la cancha y la movilidad de Márquez, el equipo de Pedro Dechat merodeó constantemente el área de Barucco aunque le faltó justeza al momento de la definición. Cuqui, más preocupado por asistir que por definir la jugada, tuvo buenas sociedades con Derlis Soto que más de una vez obligaron a una rápida intervención del arquero, incluso fuera del área.
En el juego aéreo, a Crucero le costó en el área de enfrente pero por abajo y, sobre todo por las bandas, se impuso con Brítez y Peirone por derecha y del otro lado Cabrera y Romero siempre llegaron con peligro. Dos remates del Negro Pey de media distancia, una tijera de Polaquito, una media vuelta de Derlis Soto y una pelota rasante que por centímetros no llegó el 10 paraguayo, hacían presagiar que el gol estaba por caer. Incluso en una doble pared entre Derlis y Cuqui que Márquez remató arriba del travesaño. Pero nunca llegó.
Sportivo por su parte, logró salir del asedio sólo con algunos “pitazos” de Mastrángelo que le dio un par de tiros libres cerca del área de Gaona, que el arquero siempre resolvió muy bien.
Superado el embate del primer tiempo, en el período final y con Crucero obligado a arriesgar más de la cuenta, Sportivo se plantó unos metros más arriba, le sacó la pelota al local pero nunca fue profundo para que Aróstegui, el único punta definido en los cordobeses, dispusiera de alguna chance de gol. En realidad, en más de 90 minutos de juego, no se pudo contabilizar ninguna oportunidad neta de gol para el oponente que, cuando el tiempo pasaba, decidió refugiarse cerca de Barucco, se preocupó más el DT Primo por contener a los volantes misioneros que por aprovechar el contragolpe y Crucero fue, fue y fue. Sin ideas, pero con convicción, sin claridad y equivocando el camino, aunque tuvo sus oportunidades con un remate de Cuqui Márquez desde ángulo cerrado que el arquero y el palo negaron el festejo o un tiro de esquina casi olímpico que metió el Polaquito Cabrera.
En el tramo final del juego, Dechat se decidió por Yegros Tejada pensando en que Crucero podría abrir el partido con algún centro y en esa tarea, Sportivo no se equivocó en el juego aéreo en defensa. Por abajo El Colectivero llegó siempre hasta el borde del área y nunca encontró el pase claro para desnivelar y aunque territorialmente se jugó casi toda la etapa complementaria en cancha de Sportivo, la ofensiva de Crucero se fue diluyendo con el transcurso del tiempo y el empate sin goles fue inexorable.
Por todo eso quedó una sensación amarga. Crucero no pudo sacar diferencias en el marcador y ahora no tiene otra opción que ganar en San Francisco por cualquier resultado. La igualdad favorece a Sportivo porque terminó mejor ubicado que el elenco misionero en la tabla general. Ya con la vuelta de Marczuk (no jugó por acumular cinco amarillas) y la mística de otras jornadas jugando como visitante, no es utopía pensar en las semifinales.
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